CUANDO NO TE QUIEREN BIEN
A raíz de un encuentro fortuito ocurrido en días pasados, con un grupo de personas que en un momento determinado de mi vida fueron importantes y que por unas razones u otras tomamos caminos diferentes (aunque si compatibles), me vinieron a la cabeza ciertas intuiciones, provocadas básicamente a través del lenguaje no verbal, de las miradas, de los gestos y sobre todo de la energía que desprendían estas personas, que me inducen a pensar que no me quieren bien.
Mi reacción al encontrarme con alguien que hace mucho tiempo que no ves y al que a pesar de las distancias y del tiempo transcurrido, siguen en tu mente los recuerdos de todos aquellos momentos de complicidad compartidos que provocan una sensación de profundo respeto a pesar de que nuestros caminos se hayan distanciado, probablemente más debido a elecciones personales de los segundos ya que a nivel personal solo quede la posibilidad de asimilar y respetar, es inicialmente de alegría y emoción (cosa que pensaba yo que era lo “normal”).
¿Hay que ver cómo cambian las cosas? Es la pregunta que desde ese improvisado encuentro asalta algunos de mis pensamientos. Esa alegría inicial del reencuentro se torna agria al ver como a pesar de mostrar interés (ciertamente algo protocolario) por lo trascurrido en sendas ausencias, te acabas percatando que únicamente tú eres el que te preocupas del otro, pero nunca el otro te devuelve el interés por tus cosas, tu vida, tu pareja, tus emociones,…
Todo esa amistad y complicidad que existía antaño hoy se vuelve indiferencia, pero una indiferencia que duele, una indiferencia dañina y amenazante en unas ocasiones y de ofensiva en otras (con preguntas con doble sentido, con prepotencia y vacías en la mayor parte de los casos).
Una sensación de menosprecio, de sentirte venido a menos recorre la espina dorsal de tu cuerpo. Y de impotencia por no haber estado a la altura de la situación y más avispado en tus respuestas al estar cegado por la emoción de ese encuentro visualizado muchas veces en tus pensamientos; pero en el fondo y una vez vista la situación con la frialdad que otorga el tiempo a las cosas, resulta que quien goza de una mejor salud espiritual es uno mismo, por que quienes no respetan su pasado y a los protagonistas de su pasado, no se respetan a sí mismos, y uno no tiene por qué sentirse culpable o sucio de tener “sentido y sensación del sentimiento” y dejarlo aflorar aunque al otro eso es lo que le molesta, se sienten mal por tener amputada la facultad de sentir y dejarse sentir. Pienso que al fin y al cabo eso es lo verdaderamente doloroso, no tanto para mí que lo veo desde la barrera sino para quien lo padece.
Quien no te quiere bien, no merece ningún tipo de energía. Todos sabemos cual es nuestro lugar y todos sabemos cómo llegar a cada uno de nosotros y de los otros. Y lo de que las vidas se han distanciado no deja de ser un pretexto para justificar tu falta de interés por la amistad.
Bueno cómo está de moda escribir manuales, yo me voy a arriesgar por mi cuenta y riesgo a dar una serie de actitudes de las que me he percatado y que nos pueden servir para descubrir si alguien no nos quiere bien, aunque la fórmula infalible es la intuición, si la tienes es que algo pasa.Quien no te quiere bien:
- Te mira por encima del hombro.
- No muestra ningún tipo de interés por ti, por tu vida, por tus logros, virtudes…
- Estará siempre dispuesto a indagar sobre tus puntos débiles para recordártelos o para que los exteriorices siempre que pueda provocarlos.
- Pone cara de “me resbala” cuando hablas, siempre aderezada con una sonrisa sin contenido, como si estuvieran fijadas con dos clips en los extremos de los labios.
- Después de estar con ellos te quedas con “mal cuerpo” como incubando un virus de la gripe.
- Si te miran por la espalda sientes una especie de calambre al final de la espina dorsal.
- Si tienes un grano o dos o tres kilos de más, tienen argumento para exprimir por un buen rato.
- Nunca contestan una pregunta de tipo personal que pueda dar lugar a entender algún problema o mostrarse tal y como son.
- Tienen la facultad de que la desazón que te dejan en el cuerpo, puede durar días y crearte inseguridad.
- No toman la iniciativa en la conversación, no te olvides que son receptores nunca emisores de información.
- Los gestos de felicidad son exagerados, por ejemplo la risa suele ser muy escandalosa y muchas veces totalmente descontextualizada. Parecen que hinchan el pecho con la energía que te están robando.
En cualquier caso lo mejor que puedes hacer cuando te encuentras con algún espécimen de estos no es salir corriendo, es utilizar la misma estrategia pero con un sentido de supervivencia, ya que son personas que no aportan nada a tu vida y tampoco se van a alegrar por ti. Si no lo puedes evitar, lo mejor es que no des ningún tipo de información y sobre todo que te pongas un escudo “anti-invasión” y “anti- alienígena”, para que el mal rollo que generan no te afecte, por lo menos hasta que se descubra que existe algún planeta donde pueda desarrollarse vida humana y los trasladen a todos allí con su mal rollo incluido.
5 comentarios
risto -
Quizas donde te encuentras ahora, es el lugar mas similar al que yo sueño encontrarme algun dia.
prisma -
Raquel -
Un dia me escribistes que no sabias en que momento preciso llegue a tu vida, tu llegastes a la mia en el momento que mas lo necesitaba, para aprender junto a ti, para madurar junto a ti, para conocer como disfrutar de la vida, sin complejos, sin caretas, sin miedos...Ahora soy yo, ahora soy feliz, ahora realizo mis sueños gracias a ustedes, porque como un angel "Mlin" llego a nuestras vidas, a ti porque era la mitad que te faltaba y a mi me transmitió y transmite ese cariño y amor que tanto extraño aca, esa sencillez e inocencia que escasea en esa parte del mundo donde estais. Gracias a los dos los quiero mucho mas de lo que podrias nunca imaginar, pronto estaremos juntos compartiendo la felicidad que hemos logrado alcanzar.
Raquel -
Cucurruchito -
Saludos a todos/toditas